Ambientes críticos que salvan vidas

En los entornos hospitalarios más exigentes, como las unidades de aislamiento, quirófanos o áreas de cuidados intensivos, el control preciso de la climatización y los parámetros ambientales es vital para garantizar la seguridad del paciente y del personal sanitario. Desde el diseño hasta el mantenimiento de las Salas de Ambiente Controlado, solo un enfoque integral que combine eficiencia técnica, flexibilidad asistencial y compromiso con la salud pública garantiza un buen resultado. &

En los entornos hospitalarios más exigentes, como las unidades de aislamiento, quirófanos o áreas de cuidados intensivos, el control preciso de la climatización y los parámetros ambientales es vital para garantizar la seguridad del paciente y del personal sanitario. Desde el diseño hasta el mantenimiento de las Salas de Ambiente Controlado, solo un enfoque integral que combine eficiencia técnica, flexibilidad asistencial y compromiso con la salud pública garantiza un buen resultado.  

Fase de diseño

Los parámetros básicos de diseño, recogidos en las normas UNE 100713 y UNE 171.340, se centran en temperatura y humedad; renovaciones de aire/hora; clasificación ISO; presión diferencial; conteo microbiológico; niveles de filtración, y presión sonora. Todos ellos están relacionados y son consecuentes, dentro de unos niveles óptimos de uso, lo que requiere ajustes cuando dos o más parámetros se afectan entre sí.  En la selección de equipos de climatización, ventilación, extracción y elementos de control partimos de lo marcado por la normativa para establecer y calcular el resto de valores “necesarios” dentro del nivel de aislamiento requerido. En primer lugar, debemos establecer los cálculos a tener en cuenta en una sala en presión negativa. Con un volumen de 54 m3, tenemos que mantener un mínimo de ventilación de 10 renovaciones/h, que implica impulsar un caudal de aire de 540 m3/h (área de fuga considerada, 0,05m2). Si queremos obtener una presión negativa de -6Pa, debemos extraer un caudal superior al de impulsión en 370m3/h (caudal de extracción de 910m3/h).

Diferencia de caudal = 3024 X área de fuga X raíz cuadrada del diferencial de presión

La variable más difícil de concretar es el área de fuga. En nuestro caso, la implementación de más de 400 salas de ambiente controlado en las últimas dos décadas, nos ha permitido despejar “sobre el terreno” ese valor de la ecuación, sabiendo el diferencial de caudales que teníamos que aplicar para obtener el diferencial de presión requerido.  Este dato, es bastante similar, si la tipología de materiales y las características de la habitación son similares en diferentes centros, y nos permite afinar los valores en el diseño y establecer, en el momento de la ejecución, cuándo es más aconsejable mejorar los sellados que aumentar la diferencia de caudales.  

Modo de uso de la sala

Uno de los entornos de ambiente controlado más común son las habitaciones de aislamiento, tanto en presión negativa como positiva. Encontramos este tipo de salas en el servicio de urgencias, en planta, en áreas críticas… Son zonas que sufren una “tensión asistencial” alta, con mayor demanda de uso que número de salas.  Desde el diseño, este tipo de habitaciones debe contar con un sistema que permita al personal sanitario cambiar fácilmente el modo de uso de normal a presión negativa, manteniendo las garantías de funcionamiento, lo que flexibiliza y mejora la capacidad asistencial. Esto fue vital durante la pandemia, ante la necesidad de habilitar amplias zonas en presión negativa que no fueron diseñadas para ese uso.  

Mobiliario y equipos de trabajo

Con el paso del tiempo, el espacio de una sala no varía,  pero sí puede variar su uso, su mobiliario y/o sus equipos. Y cada uno de estos cambios se debe tener en cuenta a la hora de seleccionar y calcular los sistemas de ventilación.  En el caso de equipos con necesidad de movimiento de aire (mesas de tallado, armarios ventilados, cabinas de flujo laminar…), los cálculos de ventilación han de tener en cuenta el número de unidades y su capacidad, para que la sala realice su función correctamente. Se debe evitar que el mobiliario nuevo bloquee o interfiera en las entradas y salidas de aire de las salas.  

Estrategias de control: diferencia de flujo volumétrico

En este tipo de espacios tenemos que mantener un diferencial de presión con las zonas colindantes. La estrategia más sencilla y fiable es regular los caudales de aire, tanto de entrada como de salida, y establecer entre ellos una diferencia, una vez calculada esta diferencia, medir la presión diferencial para verificar que es correcta. Este sistema debe tener elementos de campo muy fiables, no sólo en el arranque, sino también en el medio/largo plazo, pues muchas veces los fallos se deben a su deterioro. La regulación de caudales es el punto neurálgico. Actualmente trabajamos siempre con ventiladores EC de regulación electrónica y con compuertas de regulación de caudal llamadas Válvulas Venturi.  

Válvulas Venturi 

Nos ofrecen una lectura instantánea del caudal y nos permiten ajustarlo con un margen de error inferior al 5%. Así, regulamos el caudal de aire de forma precisa, independientemente de la presión que podamos tener en los conductos o en la sala. Están diseñadas específicamente para estos espacios, minimizando los puntos susceptibles de captar suciedad e incorporando elementos fiables y duraderos.  

Transductores y sensores de presión diferencial 

Es otro elemento fundamental ya que verifica una correcta regulación de caudales. La sensibilidad y la precisión dependen de la selección del sensor, con especial atención en la direccionalidad y el rango de medición. Recomendamos sensores con electrónica sencilla y materiales duraderos.  

Fase de uso

El control de estas salas debe realizarse localmente, ya que la decisión de poner una habitación en presión negativa corresponde al personal sanitario. Esto nos ha llevado a desarrollar sistemas de control muy intuitivos. Por otro lado, estos sistemas deben poder comunicarse e integrarse en el BMS del hospital.  

Monitor de control 

Una pantalla táctil a la entrada de la habitación permite seleccionar el modo de uso y visualizar los parámetros más relevantes. Además, si alguno se sale de rango, funciona como alarma. El riesgo de perder el nivel de aislamiento con la apertura de puertas es alto y aunque se utilicen otros sistemas –antesalas, esclusas…-, una señal acústica suele acelerar el proceso de cierre y con él, el restablecimiento de la diferencia de presión. [caption id="attachment_1892" align="alignnone" width="1600"] Paneles de control en diferentes usos.[/caption]

Mantenimiento y verificación

Este tipo de salas requieren, por normativa, una verificación periódica anual, pero es conveniente añadir un calendario de sustitución de filtros adecuado a las necesidades reales, revisando periódicamente desviaciones en el control de los puntos de consigna y parámetros de puesta en marcha.  Cualquier modificación física de la sala (cambios en el mobiliario o equipos, proceso de pintado…), puede alterar la lectura de un sensor o producir una fuga de aire. En definitiva, cualquier pequeña variación puede hacer que la ventilación de la sala deje de trabajar correctamente.   Miguel López-Ibor, responsable del departamento de Hospitales de Aire Limpio

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