Durante años, los sistemas de geolocalización en hospitales estaban reservados para unos pocos centros con grandes presupuestos. Requerían una infraestructura costosa y una integración tecnológica que solo unos pocos podían afrontar. Hoy, sin embargo, esa realidad ha cambiado. La evolución de las redes WiFi y la madurez de las tecnologías IoT han abierto una nueva etapa: una en la que la localización en tiempo real deja de ser un lujo para convertirse en una herramienta estratégica, accesible y costo-eficiente.
Esta transformación se apoya en un concepto clave: la convivencia de tres niveles de precisión. Ya no existe una sola forma de localizar activos o personas, sino diferentes grados de detalle que se adaptan a las necesidades reales del hospital. Esa flexibilidad es lo que convierte hoy la geolocalización en una solución madura, escalable y con un retorno de inversión claro.
La precisión en área es ideal para el control de equipamiento, la gestión de inventario o la monitorización de flujos cuando no se necesita granularidad exacta. Lo mejor es que esta precisión puede lograrse sin ampliar la infraestructura existente, aprovechando los nuevos puntos de acceso WiFi ya desplegados. Con un coste mínimo, el hospital obtiene una visión global del movimiento de recursos, reduciendo pérdidas y tiempos de búsqueda y optimizando la utilización del material disponible.
La precisión a nivel de habitación va un paso más allá. Permite saber en qué estancia exacta se encuentra un equipo o un paciente, lo que resulta esencial para gestionar quirófanos, urgencias o circuitos de pacientes críticos. Con pequeños refuerzos en la infraestructura, el sistema puede ofrecer una trazabilidad completa de flujos asistenciales, mejorando la coordinación entre servicios y reduciendo los tiempos de espera. Por último, el mayor nivel de precisión permite actualizar automáticamente los estados de las camas de una URPA sin intervención manual.
El resultado es una gestión en tiempo real, donde las herramientas digitales saben lo que ocurre en cada momento sin que nadie tenga que introducir datos.
La clave está en que estas tres precisiones puedan coexistir dentro del mismo hospital, aplicándose según el caso de uso.
Esto permite desplegar soluciones modulares que crecen con las necesidades del centro, sin inversiones desproporcionadas y aprovechando al máximo la infraestructura ya disponible.
En los últimos años, la mayoría de hospitales han renovado su infraestructura WiFi con Access Points de última generación con Bluetooth Low Energy (BLE).
Esta mejora, impulsada por la necesidad de conectividad y movilidad, ha dejado a los hospitales con una base tecnológica perfecta para crear plataformas IoT y sistemas de localización de bajo coste. Esto significa que, por primera vez, podemos desplegar geolocalización sin grandes obras ni proyectos de cableado, y reforzar únicamente las áreas que necesitan mayor precisión.
El verdadero valor de esta tecnología no reside en los sensores ni en los mapas de calor, sino en lo que liberan. Cada minuto que un profesional sanitario no dedica a buscar un equipo, introducir datos o coordinar manualmente procesos, es tiempo que puede dedicar al cuidado directo del paciente. Estos sistemas reducen el estrés operativo, eliminan tareas repetitivas y mejoran la comunicación entre equipos. Un hospital que “sabe dónde está todo” funciona de manera más fluida, más segura y humana. Las herramientas digitales pasan de ser un obstáculo administrativo a convertirse en un aliado que trabaja en segundo plano para que las personas puedan centrarse en lo importante.
Por primera vez, la tecnología permite crear hospitales sensorizados y conscientes de su propia actividad, capaces de responder en tiempo real y de anticiparse a las necesidades. Y lo hace sin exigir una enorme inversión de infraestructura. Es una oportunidad única para avanzar hacia una sanidad más eficiente, sostenible y humana: hospitales donde la tecnología está al servicio de quienes cuidan y de quienes son cuidados.
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Artículo escrito por:
Daniel Vera
Director de marketing
Mysphera