Dr. Esteve, ¿cómo valoraría el impacto del sistema multisensorial de Qinera en las UCI en comparación con el enfoque tradicional que se utilizaba para tratar a pacientes críticos, particularmente en cuanto al bienestar emocional y físico de los pacientes?
Hemos instalado en 64 boxes de UCI el sistema multisensorial SHX de Qinera, capaz de sincronizar estímulos visuales, auditivos y vibratorios. Esto incluye monitores abatibles en el techo, luces LED y plataformas vibroacústicas en las camas de los pacientes. Este sistema permite generar un entorno multisensorial personalizado, que ayuda a mejorar tanto el bienestar emocional como físico de los pacientes críticos, al proporcionar una experiencia más amable y confortable en un entorno que suele ser muy agresivo. Aunque métodos tradicionales, como fomentar una mayor presencia de familiares junto al paciente, también ayudan a reducir el estrés, es la combinación de estas estrategias con el tratamiento terapéutico multisensorial lo que mejora el estado de los pacientes.
Sabemos que el sistema está diseñado para mejorar el ritmo circadiano de los pacientes. ¿Cómo afecta la interrupción de este ritmo en pacientes en estado crítico y cómo contribuye este sistema a su restauración?
La interrupción del ritmo circadiano en pacientes críticos puede contribuir a situaciones de delirio, agitación, y alucinaciones visuales y auditivas agudas que, si bien son reversibles, le generan una gran angustia al paciente. Para evitar esto, el sistema multisensorial de Qinera simula el día y la noche mediante vídeos y audios grabados en tiempo real, que representan amaneceres y anocheceres. Esto se activa automáticamente en horarios específicos, proporcionando una referencia temporal tanto para pacientes despiertos como para sedados ayudando a simular el ritmo circadiano.
La tecnología multisensorial se utiliza para tratar el delirio y la desorientación. ¿Qué mecanismos fisiológicos y psicológicos están involucrados en estos procesos y cómo contribuye el sistema a la reducción de estos síntomas en pacientes críticos?
El delirio y las alucinaciones visuales y auditivas en la UCI se generan, en parte, por la pérdida de la noción del tiempo y por un entorno hospitalario agresivo, lleno de aparatos y dispositivos que producen estímulos visuales y auditivos aberrantes y como factor sobreañadido destacar el uso de fármacos sedantes y analgésicos que pueden contribuir a estos cuadros de delirio.
El sistema multisensorial ayuda a mitigar esta situación simulando el ritmo circadiano y creando un ambiente más confortable para los pacientes. En un estudio piloto, comparamos la incidencia de delirio en dos grupos de 300 pacientes, uno tratado durante 6 meses sin estimulación sensorial y otro con la estrategia multisensorial aplicada durante el mismo periodo. Aunque aún necesitamos definir mejor las variables, hemos notado una disminución significativa en la incidencia de delirio, entre el 30% y el 40%.
En cuanto a la modulación del dolor, ¿cómo logra el sistema multisensorial equilibrar los estímulos sensoriales sin interferir con el tratamiento farmacológico tradicional, como los analgésicos o sedantes?
En la unidad de cuidados intensivos, una estrategia habitual es el uso de fármacos sedantes y analgésicos para tratar a pacientes con alteraciones como el delirio o aquellos conectados a ventilación mecánica, con el objetivo de reducir el dolor, la angustia o mantenerlos tranquilos. Nuestra hipótesis inicial era que la estimulación multisensorial podría disminuir el uso de estos fármacos, tanto en aplicaciones continuas como puntuales. En el análisis piloto, hemos observado una tendencia a la reducción en el uso de algunos sedantes frecuentes. Aunque aún se necesitan estudios con muestras más amplias para confirmar los resultados, la disminución en el uso de ciertos fármacos, gracias al estímulo multisensorial, es un hecho.
¿De qué manera personaliza el equipo médico los estímulos sensoriales (luz, sonido, proyecciones) en función de las necesidades específicas de cada paciente crítico, por ejemplo, aquellos con delirium o respiración asistida?
Trabajamos con contenidos genéricos incluidos en el sistema de Qinera, como imágenes y videos de naturaleza o experiencias, por ejemplo, un salto en paracaídas o una caminata por el bosque. Luego, el personal de enfermería, fisioterapia y los terapeutas ocupacionales, que están en contacto directo con el paciente, utiliza estos contenidos multisensoriales y otros contenidos agregados según las necesidades específicas de cada caso. Los estímulos pueden ajustarse en intensidad, tipo de proyecciones o sonidos para adaptarse al estado del paciente, ya sea para ayudar a paliar el delirio, modular el estrés y acompañar de una manera más amable y menos agresiva a los pacientes que están con un soporte de ventilación asistida.
¿Qué efectos ha observado la tecnología multisensorial en la reducción del estrés y la mejora en la percepción de bienestar de los pacientes en la UCI? ¿Hay algún cambio notable en su capacidad para gestionar la ansiedad o el dolor?
Subjetivamente, a través de los pacientes y sus familiares, hemos notado que los pacientes se sienten más tranquilos. Al cambiar su foco de atención, se ayuda a mitigar la ansiedad y el dolor. La experiencia de estar ingresado en la UCI suele ser muy agresiva debido a la presencia constante de alarmas, procedimientos médicos invasivos, interrupción del sueño para realizar procedimientos de monitorización o terapéuticos, y las limitaciones físicas y emocionales. Este sistema, al proporcionar un ambiente más amable, responde a una necesidad que va más allá del tratamiento médico.
En cuanto a la rehabilitación temprana, ¿cómo se integra la estimulación multisensorial en el proceso de recuperación de la movilidad y función cognitiva de los pacientes críticos en la UCI?
La estimulación multisensorial se utiliza junto con la rehabilitación de fisioterapia para evitar la pérdida de masa muscular y recuperar habilidades motoras básicas. En pacientes con largos periodos de ingreso, los terapeutas trabajan para que los pacientes puedan reaprender movimientos como abrocharse los botones o comer con una cuchara, funciones que se pueden perder debido a la inmovilidad prolongada. En las UCI, el papel del fisioterapeuta es muy importante, ya que estos pacientes necesitan movilización pasiva o activa y ejercicios pautados para no perder masa muscular. El personal de enfermería, fisioterapia y terapia ocupacional emplea el tratamiento multisensorial como apoyo en el proceso de recuperación, contribuyendo a una rehabilitación más completa.
¿Cuáles son los beneficios más tangibles que ha observado en la evolución de los pacientes desde la implementación de este sistema en su UCI, en términos de tiempos de recuperación y secuelas post-UCI?
El síndrome post-UCI es un conjunto de signos y síntomas que surgen tras el alta de la unidad de cuidados intensivos. Incluye alteraciones motoras, como la pérdida de masa muscular; problemas emocionales, comparables al síndrome de estrés postraumático; y alteraciones neurológicas entre otras alteraciones. La naturaleza agresiva del hospital, especialmente de la UCI, con turnos cambiantes de personal, múltiples estímulos visuales y auditivos, y la falta de familiaridad del paciente con el entorno, puede desencadenar este síndrome. La estimulación multisensorial en la UCI ofrece beneficios claros. Estas estrategias terapéuticas buscan que el paciente esté más acompañado y en un ambiente más cómodo, haciendo que un entorno naturalmente agresivo sea más amigable. Aunque todavía no hemos realizado análisis detallados sobre el síndrome post-UCI, hemos observado que la implementación de la estimulación multisensorial contribuye a reducir los estímulos agresivos. Seguimos estudiando este efecto para comprenderlo en mayor profundidad.
¿Cómo se lleva a cabo el seguimiento y la monitorización del impacto de la estimulación multisensorial durante la estancia del paciente en la UCI? ¿Existen protocolos establecidos para ajustar estos estímulos según la evolución del paciente?
El personal de enfermería, fisioterapia y los terapeutas ocupacionales desempeñan un papel clave en la supervisión y el ajuste de los estímulos multisensoriales según la evolución clínica de cada paciente. Estos profesionales monitorizan continuamente la respuesta del paciente, considerando parámetros como la interacción, el nivel de confort, la ansiedad, y la evolución de síntomas específicos, como el delirio o la agitación.
En nuestra experiencia, hemos desarrollado un estudio piloto en el que analizamos el impacto de la estimulación multisensorial, centrándonos principalmente en la incidencia de delirio antes y después de implementar este enfoque. Los resultados preliminares han sido prometedores, pero reconocemos la necesidad de evaluaciones más exhaustivas para estandarizar las intervenciones y optimizar su efectividad.
Actualmente, estamos avanzando hacia la creación de protocolos estructurados basados en evidencia, que incluyen herramientas de evaluación sistemática y la formación específica del equipo sanitario. Estos protocolos tienen como objetivo garantizar que los estímulos sean ajustados de manera personalizada, teniendo en cuenta las condiciones clínicas, las preferencias del paciente y su progresión durante la estancia en la UCI. Este enfoque multidisciplinario nos permite maximizar los beneficios de la estimulación multisensorial, mejorando tanto los resultados clínicos como la experiencia del paciente durante su hospitalización.
En su opinión, ¿cree que esta tecnología podría convertirse en un estándar en las UCI a nivel mundial? ¿Qué pasos considera que deberían darse para optimizar y expandir su implementación en otros centros de salud?
Desde mi perspectiva como médico especialista en cuidados intensivos y Jefe Clínico de una UCI que ha liderado la implementación de la tecnología multisensorial, considero que esta innovación tiene un enorme potencial para convertirse en un estándar en las UCIs a nivel mundial. La estimulación multisensorial no solo mejora el bienestar y la experiencia del paciente, sino que también contribuye a humanizar la atención en un entorno tradicionalmente percibido como frío y despersonalizado. Los beneficios observados, como la reducción de la incidencia de delirio y una mayor tranquilidad en los pacientes, respaldan su valor clínico y humano.
Sin embargo, para que esta tecnología se consolide como estándar, es necesario avanzar en varios frentes:
- Generación de evidencia científica robusta: Es imprescindible llevar a cabo estudios multicéntricos con diseños rigurosos que evalúen de manera cuantitativa y cualitativa los beneficios de la estimulación multisensorial en diferentes perfiles de pacientes. Esto permitirá establecer su eficacia de manera concluyente y convencer a los gestores de salud de su impacto positivo.
- Elaboración de guías y protocolos estandarizados: Es fundamental desarrollar protocolos basados en evidencia que guíen la implementación, el seguimiento y la adaptación de los estímulos multisensoriales según las necesidades individuales de cada paciente. Esto proporcionará un marco claro para su uso en cualquier UCI.
- Capacitación del personal sanitario: La formación de médicos, enfermeros, fisioterapeutas y otros profesionales es esencial para garantizar que esta tecnología se utilice de manera efectiva y que el equipo esté alineado con un enfoque integral y humanizado.
- Inversión en infraestructura y tecnología: La estimulación multisensorial requiere equipamiento específico, como sistemas de control de luz, sonido y aromaterapia, así como dispositivos personalizados para cada paciente. Los sistemas de salud deben estar dispuestos a invertir en estas tecnologías, considerando los beneficios a largo plazo en términos de recuperación y satisfacción del paciente.
- Sensibilización y cambio cultural: Para que esta tecnología sea adoptada globalmente, es necesario un cambio cultural que priorice la humanización de las UCIs. Esto implica concienciar tanto a los profesionales de la salud como a los gestores sobre la importancia de poner al paciente y su bienestar en el centro de la atención.
En resumen, creo firmemente que la estimulación multisensorial representa el futuro de los cuidados intensivos y tiene el potencial de transformar la experiencia del paciente en la UCI. Sin embargo, su expansión requerirá un esfuerzo coordinado entre investigación, formación, financiación y un cambio de mentalidad hacia una atención más humana y centrada en el paciente. Si logramos superar estos desafíos, estaremos más cerca de ofrecer una atención verdaderamente integral y de calidad en las UCIs a nivel mundial.
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