Más de la mitad de los profesionales sanitarios considera que la Inteligencia Artificial (IA) puede contribuir a mejorar la seguridad del paciente. Así lo refleja una encuesta de la Fundación para la Investigación, Docencia e Innovación en Seguridad del Paciente (FIDISP), presentada en el XLI Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), celebrado la pasada semana en IFEMA (Madrid).
El estudio, expuesto por Fermí Roqueta Egea, miembro del Grupo de Trabajo IA–Seguridad del Paciente de FIDISP, muestra que el 59 % de los encuestados no está familiarizado con las aplicaciones de IA en este ámbito, aunque el 46 % cree que puede reducir la tasa de errores en la práctica asistencial. Asimismo, el 33 % considera que la IA debería ser un componente clave en la estrategia de seguridad del paciente de su organización, mientras que el 40 % opina que puede disminuir la carga de trabajo. Por otro lado, el 19 % teme que su uso pueda implicar la pérdida de empleo para algunos profesionales.
Entre los posibles beneficios, los participantes destacan que la IA reduce el tiempo dedicado a la recopilación de datos para reportes y monitorización, lo que permite redirigir esfuerzos hacia estrategias preventivas. También valoran su capacidad para automatizar tareas como el análisis de historias clínicas, la detección de incidentes o el estudio de causas raíz.
Pese a esta visión positiva, la encuesta revela importantes carencias: el 80 % de los profesionales no ha recibido formación específica en IA y el 68 % desconoce la normativa que regula su aplicación. Además, aunque el personal sanitario muestra una alta disposición para formarse, el 73 % señala que sus organizaciones no destinan recursos para ello.
Durante el congreso, la mesa temática organizada por FIDISP —con la participación de Julián Alcaraz Martínez (SOMUCA), Santiago Tomás Vecina (FIDISP) y Fermí Roqueta Egea— analizó si la IA representa una herramienta de mejora o un riesgo para la seguridad del paciente.
La inteligencia artificial también fue protagonista en la mesa plenaria “Inteligencia Artificial en la asistencia sanitaria: potencial y retos”, donde expertos de distintos ámbitos coincidieron en que la IA está transformando la forma en que los profesionales aprenden, gestionan conocimiento y aplican evidencia científica en la práctica clínica.
Según los ponentes, estas tecnologías acortan el tiempo entre la generación de evidencia y su aplicación, optimizan la toma de decisiones y personalizan la formación médica, adaptando los contenidos a las necesidades de cada profesional. Además, subrayaron las implicaciones éticas del uso —y del no uso— de la IA: no aprovechar herramientas que mejoran la atención puede considerarse poco ético, al limitar el acceso equitativo a diagnósticos y tratamientos de calidad.
No obstante, los expertos coincidieron en que la implantación de la IA requiere confianza institucional, inversión y una gestión adecuada de los datos, ya que “no hay gobierno de IA sin gobierno de datos”. También reclamaron marcos regulatorios claros y formación específica para garantizar una adopción segura y efectiva.
El encuentro concluyó con una visión optimista: la IA no sustituirá el juicio clínico, pero sí se consolidará como una aliada imprescindible para mejorar la eficiencia, la equidad y la seguridad del paciente.
En la mesa plenaria participaron Javier Pacheco, médico de familia y experto en IA aplicada a Atención Primaria y bioética; Francisco Miralles, jefe de Medicina Interna del Hospital Vithas Xanit Internacional; y Jordi Martínez Roldán, director de Sanidad de Deloitte. La sesión fue moderada por Ana Isabel Alguacil, coordinadora de calidad del Hospital Clínico San Carlos.