La Fundación Española de Directivos de la Salud (Fundación SEDISA), con la colaboración de Ambu, ha presentado el Estudio Implantación de la Economía Circular en las Organizaciones Sanitarias en España, un documento pionero que analiza el grado de incorporación de criterios de sostenibilidad y circularidad en el Sistema Sanitario. Según Joaquín Estévez Lucas, Presidente de la Fundación SEDISA, ha subrayado la importancia estratégica del estudio: “Estamos en un momento clave para transformar el sistema sanitario desde la sostenibilidad, y la Economía Circular es una herramienta esencial para lograr un modelo más eficiente, resiliente y responsable. Este estudio marca una hoja de ruta basada en evidencias y compromiso profesional”.
Según los resultados del Estudio, basado en un sondeo de percepción en el que han participado 100 profesionales de toda España y recoge propuestas estratégicas para avanzar hacia un modelo sanitario circular, eficiente y sostenible, “el 71% de los centros sanitarios incorpora objetivos medioambientales en sus planes estratégicos, reflejando una creciente sensibilización hacia la sostenibilidad”, explica Susana Reverter, Jefa de Sostenibilidad y Agenda 2030 del Hospital Universitario La Paz y miembro del Comité Asesor del Estudio. “No obstante, solo el 37% cuenta con estructuras técnicas específicas de sostenibilidad, lo que limita la ejecución efectiva de estos objetivos”. A este respecto, el Estudio recoge un total de 20 medidas a modo de hoja de ruta para la implantación de la Economía Circular en las Organizaciones Sanitarias en ocho áreas: Gobernanza, planificación y cultura organizacional, Trabajo transversal, Compra pública y cadena de suministro, Infraestructura, logística y movilidad, Productos y tecnología sanitaria, Colaboración e innovación y Marco internacional.
En relación a estas 20 medidas, en palabras de Joaquín Estévez Lucas, “se debe comenzar por medidas de alto impacto visual y baja complejidad para afianzar la cultura circular en los centros. Asimismo, es imprescindible incorporar la sostenibilidad como eje estratégico transversal en los planes institucionales; la coordinación interdepartamental y la eliminación de silos son clave para implementar proyectos reales que trasciendan los pilotos; se deben desarrollar sistemas de compras responsables y exigir criterios ambientales obligatorios; diseñar infraestructuras sanitarias circulares y optimizar la gestión de residuos, y fomentar el ecodiseño desde las fases tempranas de desarrollo de productos sanitarios, implicando directamente a la industria en esta transformación”. En este sentido, Pablo Arias, Vicepresidente España, Italia y Portugal de Ambu, hace hincapié en que “desde la industria trabajamos con firme compromiso para avanzar hacia un Sistema Sanitario más sostenible, siempre en colaboración con las Organizaciones Sanitarias. Es importante que estos esfuerzos se vean recompensados a través de la compra verde, integrando la sostenibilidad como un criterio relevante en los procesos de adquisición. Solo así podremos impulsar juntos una transformación real hacia la Economía Circular en salud."
Desde la perspectiva directiva, Mª Blanca Sánchez Burgaleta, Jefa de Sección de Cuidados de AP y CA del Área de Tudela, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y miembro del Comité Asesor del Estudio, destaca el papel del liderazgo sanitario: “El Directivo de la Salud debe ser motor de cambio. La Economía Circular no es una moda, sino una responsabilidad. Debemos integrarla en la cultura organizativa, la planificación estratégica y la gestión del día a día”. Del mismo modo, Jesús Sanz Villorejo, Vicepresidente de la Fundación SEDISA y miembro del Comité Asesor del Estudio, hace hincapié en que “los resultados del Estudio nos interpelan a todos. Es el momento de pasar de los compromisos a los hechos. La Economía Circular debe ser parte del ADN del Sistema Sanitario si queremos garantizar su futuro”.
Grado de la implantación de la Economía Circular en las Organizaciones Sanitarias
Según el centenar de profesionales que han participado en el sondeo de percepción, con representatividad de todas las comunidades autónomas y perfiles profesionales. Respecto a la experiencia en el cargo, la mayoría (70%) indicó llevar más de 5 años en su posición actual, lo cual aporta madurez y profundidad a las respuestas.
En relación a las áreas más prioritarias de la Economía Circular, según el Estudio, son la gestión de residuos (66% tratamiento, 62% reciclaje, 56% reducción de generación), la eficiencia energética (60% reducción de consumo), el ahorro de agua (52%) y la reducción de la huella de carbono (51%). No obstante, en palabras de Susana Reverter, “aunque la mayoría dispone de objetivos, menos del 50% mide sus avances con indicadores específicos, lo que limita la capacidad de evaluar el impacto real y avanzar hacia mejoras continuas. Según los resultados del Estudio, se utilizan principalmente métricas sobre consumo de agua, energía, papel, gestión de residuos y huella de carbono, pero falta estandarización y homogeneidad”.
El Estudio también recaba datos relevantes sobre compras y contratación sostenible y, en este sentido, el 51% de los centros aplica criterios ambientales en compras, aunque su peso suele representar apenas un 0-20% frente a coste o calidad técnica. “Las categorías mejor valoradas incluyen vehículos de bajas emisiones, eficiencia energética en equipos médicos, consumibles reutilizables y eficiencia en infraestructuras”, explica Susana Reverter.
Según los resultados, solo un 37% de los hospitales cuenta con certificaciones oficiales de sostenibilidad, si bien los profesionales identifican como principales beneficios la reducción de residuos (puntuación de 8,7 sobre 10), la eficiencia energética (8,6 sobre 10), la disminución de la huella de carbono (8,5 sobr3e 10) y el ahorro de agua (8,3 sobre 10). También valoran la reducción de riesgos ambientales y el ahorro de costes, lo que muestra una comprensión clara del vínculo entre sostenibilidad y salud.
El Estudio pone de relieve, además, las principales dificultades para implantar la economía circular. En este sentido son: la baja concienciación del personal sanitario (puntuación de 8,5 sobre 10), escaso liderazgo directivo (8,4 sobre 10), carencia de formación especializada (8,1 sobre 10) y rigidez de las infraestructuras (8,0/10). “Frente a esto, los hospitales reciclan principalmente papel, envases y residuos biosanitarios, el 70% de los profesionales está dispuesto a modificar sus flujos de trabajo para facilitar el reciclaje, y un 60% aceptaría sobrecostes moderados en productos sostenibles”, hace hincapié Susana Reverter. “Además, el 84% muestra interés en participar en proyectos piloto de reciclaje en colaboración con la industria, confirmando una alta predisposición al cambio”.
En cuanto a diferencias por perfil profesional, el Estudio concluye que los gestores y personal administrativo son quienes más conocimiento tienen sobre objetivos estratégicos e indicadores de sostenibilidad, mientras que los profesionales asistenciales muestran mayor desconocimiento (hasta un 65% en certificaciones). “Esto revela una brecha que exige formación y comunicación interna específica”, destaca Susana Reverter, quien concluye: “En resumen, el estudio evidencia que la conciencia sobre la sostenibilidad está creciendo, pero su implantación es aún parcial y desigual. Faltan recursos humanos y estructuras específicas, aunque existe una alta receptividad al cambio y un convencimiento de que la circularidad puede ser también un criterio de eficiencia económica, no solo ambiental. Además, la Economía Circular se presenta como una palanca clave para la resiliencia en tiempos de crisis de suministro, así como una herramienta de reputación y atracción de talento en el sector sanitario”.