Como pioneros en la resonancia magnética y primera instalación de RM abierta en España en 1991, hemos sido testigos y partícipes de la gran evolución de los equipos de resonancia magnética (RM).
Estos equipos han avanzado para mejorar tanto la calidad de imagen para el posterior diagnóstico, como la experiencia del paciente en cada examen y el rendimiento de las unidades de radiología. Y en este último punto, los sistemas de RM abierta de bajo campo merecen una mención especial.
Siempre hemos pensado que combinar estos equipos con los de alto campo ha sido un acierto para nosotros, ya que nos ha ayudado a ofrecer un servicio mucho más accesible a los pacientes. Y es que los equipos cerrados, a pesar de su capacidad para producir imágenes detalladas, pueden ser una fuente de incomodidad y ansiedad. El ruido intenso, la estrechez del gantry (el túnel en el que se realiza la exploración) y la inmovilidad necesaria durante la prueba -que dura entre 20 y 40 minutos- pueden provocar una sensación de agobio en algunas personas.
En particular para aquellas con claustrofobia, para las que este procedimiento representa un reto significativo. Se estima que aproximadamente el 25% de los pacientes experimentan episodios de ansiedad o claustrofobia durante el examen, lo cual puede resultar en la repetición de la prueba y un impacto en la calidad del servicio y en las listas de espera.
Los equipos de Fujifilm Healthcare que disponemos nos ayudan a reducir estos desafíos. Su estructura permite una mayor visibilidad y acceso durante el procedimiento, lo que disminuye significativamente la ansiedad del paciente. Además, las necesidades de sedación también bajan, especialmente en pacientes pediátricos, lo que también repercute en menos tiempo de ejecución y menos riesgos asociados al procedimiento.
Son equipos que pueden adaptarse a pacientes con condiciones especiales: con obesidad, grandes dimensiones o problemas de movilidad, por ejemplo. Para ellos la RM abierta es una opción segura y accesible, facilitando un diagnóstico suficiente sin la incomodidad de los equipos tradicionales.
Por otra parte, y desde el punto de vista de la gestión, contar con sistemas de este tipo nos ayuda a dar una mayor accesibilidad y son una mejora en materia de sostenibilidad. A diferencia de los equipos de alto campo, éstos no necesitan helio para refrigerarse, un recurso cada vez más escaso y caro. De esta manera, reducimos nuestra huella de carbono y los consumos de electricidad también son menores, lo que refuerza nuestro compromiso con el medio ambiente.
¿Y no hay ningún ‘pero’? Lógicamente los hay: son equipos de gran eficacia para la revisión y diagnóstico de casos musculoesqueléticos y de neurorradiología, pudiéndose abordar con ellos el 80% de las pruebas solicitadas. Pero tienen limitaciones, como por ejemplo, en estudios para el área de cardiología, abdomen o mama. Por eso, la recomendación está en combinar alto y bajo campo, para llegar con un equipo a donde el otro no llega. Y hacerlo con un grupo de personas preparadas y especializadas, capaces de interpretar correctamente las imágenes que aportan estos sistemas para que el diagnóstico sea certero y adecuado. Porque sin un equipo humano experimentado, incluso la tecnología más avanzada pierde su eficacia.
Creemos que la experiencia del paciente es fundamental, y los avances en la resonancia magnética abierta nos permiten no sólo mejorar esta experiencia, sino también ofrecer diagnósticos suficientes y sostenibles. Nuestra apuesta por la tecnología abierta representa un paso hacia una medicina más humana, accesible y respetuosa con el medioambiente. Para nosotros es una herramienta que amplía el acceso al diagnóstico por imagen para todos, sin comprometer el valor diagnóstico y manteniendo siempre al paciente en el centro de nuestra atención.
Descarga sugerida:
Artículo escrito por:
Pilar Manchón Gabás,
Regional Medical Director de
Affidea España